viernes, 1 de mayo de 2020

PRÓLOGO. (borrador)


Cada vez que la veo es algo especial, algo se mueve dentro de mi cuerpo, aunque no sé cómo definirlo porque no tengo ni idea de lo que es esto. Pero bueno, el caso en si trata de ella, que cada vez que la veo me invade un nerviosismo y tan grande que hace que sonría como una estúpida, y lo peor que cuando me doy cuenta ya es tarde, ya no puedo remediar la cara de imbécil que tengo que tener cuando se gira y me mira. Tiene que ser horrorosa y claro está, que por ello, me quiero morir, ¡qué vergüenza, por Dios!

Perdonad mi mala educación, siempre me cuesta empezar con las presentaciones. Me llamo Sofía, o Sofi como me llaman algunas de mis amistades. Aunque me considero como una ciudadana del mundo, pues es donde realmente nací y no en Marte o en Venus, que menos mal porque odio el calor, tengo que admitir que ser española y “culiparda” no está del todo mal. Es una ciudad pequeña, o un pueblo bastante grande, pero que no se diga muy alto que suele ofender que se le denomine como tal. Lo dicho, es una ciudad pequeña en la que puedes encontrar de todo, turistas, gran número de bares y restaurantes donde pasar las largas tardes de verano y las fresquitas noches del mismo; tiene sus zonas verdes, y no solo los parques y jardines, también el largo y antiguo camino del tren convertido ahora en una vía para deportistas amantes del aire libre. Os menciono también sus fiestas, algunas con más sentido que otras, pero todas celebradas a lo grande, y que paro ya porque al final me enrollo y no acabo; para más información no dudéis en visitar la página web de su oficina de turismo, que está fenomenal.

Mi oficio es atender la sección masculina de ropa de una de las tiendas más juveniles de la ciudad. No es un mal trabajo, gano lo justo para pagar las facturas, alimentar a mi gato Gordo; juro por Dios que se tiene más que merecido ese nombre, el muy cabrón no para de comer y está como una puta bola. Es un pisito cómodo para una persona, y dos cuando viene mi novio. Él se llama Javier, aunque así solo le llama su madre y yo cuando no puedo más con él. Es más conocido como Javi o Jota, entenderéis porqué. Aunque llevamos tiempo juntos, estamos en una racha algo complicada, cada vez para menos en mi piso, algo que agradezco, y cada vez habla menos conmigo, creo que está cansado de mí o con la otra se lo pasa mejor, no tengo ni idea de sus motivos, pero bueno… él sabrá qué es lo que quiere.

Creo que como presentación está bastante bien, algo extendida, pero supongo que como lectores os gustará conocer a los personajes y estad tranquilos, que en mi historia todos somos personajes principales, hasta Gordo tiene su papel bien trabajado.
Y sin más dilación… pasaré a contaros una de mis muchas historias, la de ella.

miércoles, 25 de marzo de 2020

RESEÑA: ¡A la mierda el príncipe azul! Yo quiero un lobo que me coma mejor.








AUTOR: Anabel García.
EDITORIAL: Esencia (Edición digital.)
Nº. PÁGINAS: 290.
GÉNERO: Comedia romántico-erótica.











SIPNOSIS LIBRO:

¿Tú también creciste soñando con los cuentos de hadas y los finales felices de Chupicursilandia? ¡Pues yo tampoco!

Me llamo Ágata Cristi, pues el día en que nací mi padre se tomó un par de... aguas con misterio. Dicen que tengo un genio que si ardo no me apaga ni un parque de bomberos entero. Cuanto me ha sucedido en la vida ha conseguido que odie el amor y todo lo que lo rodea, por eso me convertí en escritora de thrillers sangrientos. Mi lema: «El amor te hace débil».

En la actualidad trabajo en una editorial en la que mi mayor rival es un fantasma; sí, sí, un fantasma de manera literal, pero no precisamente de los del más allá. Éste, por desgracia, está muy acá, aunque nadie sabe de quién se trata en realidad, sólo que se hace llamar Eygon Black y que le fascina dar vida a mujeres frágiles y desvalidas necesitadas de caballeros que las salven. Su lema: «El amor te hace más fuerte».

Lo peor es que dicho majadero se ha propuesto hacerme caer en sus infames redes tejidas con corazones, ¡pero lo lleva claro!, porque yo paso de príncipes que te prometen la luna; lo que yo quiero es un lobo que me haga ver las estrellas.

Si te gustan Puticienta y el Cabrón del Príncipe, no te puedes perder esta novela; pero si, por el contrario, eres más de la versión cuqui, déjalo, no la leas, que el tiempo no nos sobra a ninguno.

OPINIÓN PERSONAL:

Solo tengo una expresión para describir esta última lectura: ¡GUAAAAAUUUUUUU!

Comenzando por la escritura, quiero recomendar y más que eso; aconsejar esta obra. Sencilla y atractiva, bastante fácil de entender y limpia, sin enredos de esos en los que el lector se acaba perdiendo y volviendo a releer las líneas para comprender el mensaje. Es de lectura rápida, pero no sé si ha sido rápida por mi amor a la lectura o por su historia, y me decanto más por la segunda, el gran trabajo de Anabel García en esta majestuosa obra es increíblemente increíble.

Además de su fácil y divertida lectura, es impresionante el gran detalle que muestra, tanto de personas, como de los paisajes y escenarios. Es muy difícil no imaginarse los diferentes paraísos que se describen y no tener a los personajes dibujados dentro de la cabeza del lector. Su estilo cómico hace que no se trate de una lectura aburrida, además añade un poco de suspense con el que consigue que el lector quiera saber que será lo siguiente que ocurra en las páginas posteriores y sin faltar la pasión, el amor y el sentido erótico que brindan a estas páginas de bastante atracción, tanto a hacia ellas como a los personajes.

A nivel personal, repito, es una lectura totalmente recomendable para los amantes de la lectura, ya sean fanáticos de un género o de otro, pues como dice Miss Violet, protagonista de la historia, “… no debemos pertenecer tampoco a un género literario ni etiquetarnos por ello”.

Para mí es una escritora nueva, recién descubierta y que da bastante fuerza al personaje femenino, algo que en este tiempo es más que importante que no se vea siempre a la mujer como débil, sino empoderada, fuerte y valiente (tal como somos, por cierto).

Es la primera obra que leo de ella, y aseguro que no será la última, pues por su forma de expresar cada detalle, cada conversación entre personajes, cada escena de pasión, por hacerme reír como una niña con esta pareja inmejorable, y por hacerme sentir reflejo de su protagonista, quiero acabar diciendo que es una obra que me acabó enamorando.

miércoles, 4 de marzo de 2020

Las dos y él.


Tenerla cerca, para él, era poder recordarla, sentirla cerca como antaño, cuando eran las dos y él. La volvía a sentir como hacía tiempo que dejó de hacerlo, sus manos, su rostro, su perfume… todo estaba de nuevo presente ante él.

Luego estaba la número dos, la amiga inseparable, también atractiva, con su toque extranjero que la hacía especial para él, la que fue su apoyo cuando ella se marchó con un billete de ida y una vuelta sin fecha, la que prefirió el amor de una amistad antes que el de él, abandonándolo con la vuelta de ella tras seis meses sin saber de su existencia.

La número dos, la que había removido toda su mente al volver a aparecer aquella tarde, con una llamada  a su teléfono, ignorada por no saber cómo afrontar la conversación, la cual se desarrolló a través de mensajes con los que él se siente a gusto, pues no tiene que expresar la emoción de añoranza hacia esa persona,  el sentimiento de rabia por haberle dejado, la ira por permitir que ella se largara para siempre. Al final cedió, y el encuentro con la número dos se realizó. Solo sería un desayuno, nada más que comer algo ligero y hablar. Ambos sabían cuál sería el tema principal, siempre después de saber sobre sus vidas después de siete años de desconexión entre los dos. Y al final surgió ella, siempre salía ella en cada momento, en cada conversación, como algo imposible de ignorar, pues ella los había presentado, por ella se habían conocido íntimamente y por ella dejaron de mantener el contacto.

Las horas pasaban y la conversación no terminaba, en contra del tiempo, él temía acabar el tiempo sin dar fin a la conversación, lo que daría lugar a una segunda cita de reencuentro en la que el tiempo ya no sería de importancia, pues no tendría valor alguno para ellos. Lo temido sucedió y el tiempo dejó una conversación a medio acabar, provocando un despertar de nerviosismo en él, intuyendo el final de la conversación.

De nuevo el tiempo pasó, y la número dos esperó en su hotel hasta la aparición de él. El tiempo pasó y  la conversación se retomó donde aquella mañana se había interrumpido, pero ahora, ella lo sabía y él lo anticipó en sus pensamientos, sobraba todo el tiempo que abarcaba la noche y las primeras horas de la mañana, cuando en pocos minutos la conversación sobre ella daba a su fin. Tras ella, su mejor amiga y el amor de él, la conversación se derivó a miradas, nervios, consuelos y recuerdos entre ambos, añoranzas por las dos partes hacia la otra persona, risas y reproches de porqués.

Ahora era el turno de saber por qué se había acabado su historia, cómo se habían desentendido el uno del otro. La número dos contó su historia, la misma que sospechaba él, de oídas de terceras personas, comunes y lejanas a ambos, pero con rumores tan ciertos como creíbles. Con ello, volvió a derrumbarse, a caer en un pozo oscuro lleno de tristeza y soledad, y de nuevo, allí estaba, la mejor amiga de ella, la número dos, en quién se apoyó y de quien se enamoró la primera vez que así se sintió. Como la primera vez, ella se acercó y él se dejó envolver entre sus brazos para recibir el consuelo que necesitaba. Volvieron a sentirse como hace años, los dos solos, sin nadie más alrededor que pudiera juzgarlos, y como en su primer encuentro, volvió a ocurrir. Tras un abrazo lleno de sensaciones y sentimientos, de miradas de deseo y añoranza, volvieron a juntar sus labios. La primera vez fue durante unos segundos, para saber las posibles consecuencias de aquello, lo que les llevó a una segunda, esta vez más larga, pasional y temida. Ambos cuerpos se desnudaron, una vez más, frente al otro. Sus dos mentes volvieron a encontrarse, a sentirse como hace años, permitiéndoles viajar hacia atrás en el tiempo para revivir su amor, la pasión entre ambos, su reencuentro.

Aun tumbados en la cama, la mañana se comenzaba a despertar ante ellos, de la misma forma que los rayos del sol se habían despedido de ellos, ahora volvían para despertarlos, al menos a ella, a la número dos, que aún seguía dormida con su brazo rodeando el cuerpo de él quien apenas había dormido durante la noche, analizando lo ocurrido y el mal que había hecho esa noche, pues ahora tenía un nuevo mal sentimiento dentro de él, pues había engañado a su actual pareja, en quién confiaba y a quién había traicionado por unos recuerdos del pasado.

La mañana continuó con él saliendo de aquella habitación de hotel sin despedirse de ella, la número dos.